Una vez más y ya son muchas, has logrado situar a los caballos en un fondo que lejos de distraer y crear confusión, logra resaltar la belleza de estos equinos aislándolos de todo lo demás y posicionandolos en una atmósfera que los hace más bellos, más vistosos y mucho más elegantes. Un abrazo Ángel.
Un soberbio "sfumato fotográfico" para permitir diluir los contornos, confiriendo a la imagen mayor realismo y profundidad y duplicidad reflejada, quitándole el acartonamiento frío que tenía. Un abrazo
Unos caballos que quieren correr, pero no pueden, pero lo intentan. Genial escultura que has sabido aislar estupendamente, dotándola de otra dimensión.
Bien destacados esos dos caballos que se yerguen orgullosos por última vez sobre sus cuartos traseros a sabiendas de que, cercenadas sus manos, su caída es irremediable y definitiva. Un abrazo,
10 comentarios:
Una vez más y ya son muchas, has logrado situar a los caballos en un fondo que lejos de distraer y crear confusión, logra resaltar la belleza de estos equinos aislándolos de todo lo demás y posicionandolos en una atmósfera que los hace más bellos, más vistosos y mucho más elegantes. Un abrazo Ángel.
Un soberbio "sfumato fotográfico" para permitir diluir los contornos, confiriendo a la imagen mayor realismo y profundidad y duplicidad reflejada, quitándole el acartonamiento frío que tenía.
Un abrazo
Parece que vuelen llevándose el pedestal con ellos.
Un abrazo, Ángel.
Não existem limites para nossos sonhos, basta acreditar. Feliz Natal.
AG
La genial escultura de Pablo Gargallo cobra aquí otra dimensión con ese aislamiento del fondo y la perspectiva.
Un abrazo.
Los has captado de un modo espectacular... Magnifica imagen, amigo
Un abrazo
La escultura es una belleza pero tu forma de plasmarla es también otra. Preciosa Ángel.
Un abrazo
Unos caballos que quieren correr, pero no pueden, pero lo intentan. Genial escultura que has sabido aislar estupendamente, dotándola de otra dimensión.
Un abrazo, Ángel.
Muy acertado ese fondo negro para realzarlas, la luz hace el resto.
Saludos.
Bien destacados esos dos caballos que se yerguen orgullosos por última vez sobre sus cuartos traseros a sabiendas de que, cercenadas sus manos, su caída es irremediable y definitiva.
Un abrazo,
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