miércoles, 28 de noviembre de 2018

Algo efímero.


10 comentarios:

kwarkito dijo...


Encuentro esta foto muy bonita. Hay actualmente en París, una exposición muy extraña.
https://www.connaissancedesarts.com/art-contemporain/flash-expo-dans-les-filets-de-tomas-saraceno-au-palais-de-tokyo-11109398/
con telarañas gigantes de arañas
un abrazo

Luis Serrano dijo...

Una visión alucinada, cómo nacida en unos ojos que niegan la realidad en su completa crueldad. Una mira al abismo de aquello que ha quedado pegado a los tejidos íntimos de la memoria. Una mirada, al fin y al cabo, de quien se capaz de crear poesía y belleza con solo intentarlo. Un fuerte abrazo Ángel.

Anaximandro dijo...

Las hojas se alzan hacia la luz que las alimenta, gracias solo a la pasajera presencia de la tela de araña. Vivir el presente.
Un fuerte abrazo.

Esmeralda dijo...

Efímero, superviviente, luchadora, parece que ambas se sustentan en su soledad.

Delicada imagen dejando un regusto de tristeza

Un abrazo

Fernando Álvarez dijo...

La fotografía es siempre efímera pero no siempre se representa tan bien y con tanta belleza.
Un abrazo Ángel

Jesús Castellano dijo...

Pero que quedara inmortalizado a perpetuidad gracias a tu buen ojo fotográfico.

Saludos.

Miguel García dijo...

Así como en el fondo todo es eterno, las cosas que percibimos como tales son todas efímeras, incluida esa zarza verde que lucha por alcanzar la luz y con ella la inmortalidad sin más apoyo que una débil tela de araña.
Un abrazo,

Ildefonso Robledo dijo...

El mundo, en su esencia, es así, aunque nosotros lo veamos de otro modo...
Un abrazo

alfonso dijo...

·.
Efímeros son los ojos del observador. Y algunas veces, lo observado desaparece antes que el observador.
Afortunadamente, estabas allí para inmortalizar el momento. Quizás la aña ya no esté.
Un abrazo.
Y la foto... soberbia.

LMA · & · CR

https://cesarhdiago-fotografia.blogspot.com/ dijo...

La constancia de lo efímero y lo encerrado.
Como una crisálida y provocando la reflexión serena.
Tu mente y tu objetivo siempre propicios al ver y al hacer ver.

Un abrazo, Ángel